sábado, 7 de junio de 2008

BIBLIOTECA SARMIENTO


BIBLIOTECA SARMIENTO.


Comienza siendo una Sociedad de Socorros Mutuos el 25 de Mayo de 1893, hasta que en 1913 se suprimió algunos principios fundacionales quedando únicamente como Biblioteca Popular.

En el año 1912 esta Institución bajo la presidencia del Dr. Teodomiro Bravo Zamora comenzaron los trabajos del actual edificio.

Los trabajos de diseño y construcción se encomendaron al constructor Sr. Pedro Vozza, colaboraron en el trabajo de yesería artística, aplicaciones ornamentales y bajo relieves escultóricos los Sres. Pablo Gallizia, del Vito y el escultor Rafael Delgado Castro.

Está ubicada en Calle Libertad al 600, a una cuadra y media dirección Oeste de la Plaza Libertad.

Su estilo arquitectónico es Eclecticismo Neoclásico.

viernes, 6 de junio de 2008

CHIA


“La diosa Chia es conocida como una de las dos madres principales de la humanidad. Esta era la madre protectora de la diversión, los bailes, la alergia y las artes.

Opuesto al concepto que se tenía sobre la diosa anterior, la mítica Chia, también conocida como Huitaca, era una mujer tan hermosa como malvada, ya que arrastraba a los hombres a la corrupción y el pecado, se convertía en luna o en lechuza, aprovechando las tinieblas de la noche para llevar a cabo sus propósitos malignos”.

jueves, 5 de junio de 2008

HUITACA


HUITACA, LA DIOSA REBELDE

Entre los chibchas existió la creencia en la diosa Huitaca, la mujer que se opuso a las enseñanzas de Bochica. Era una mujer hermosa y de grandes resplandores que predicaba la necesidad de una vida ancha, alegre, llena de juegos, placeres y borracheras.

Algunos cronistas afirman que Huitaca, llamada también Xubchasgagua, era la misma Bachué, madre de los chibchas, mujer rebelde ante el patriarcado representado en Bochica.

El mito de Huitaca también está relacionado con el culto a la luna o a la diosa Chía, llamada por algunos indígenas Yubecaiguaya.

Ante las desobediencias de Huitaca, el dios Bocachica la convirtió en una lechuza. Otros afirman que Huitaca subió al cielo y se convirtió en esposa del sol, para alumbrar de noche.

Los indígenas también hablaron que la conversión de Huitaca o de la diosa Chía en la luna fue hecha por Chiminigagua.

El culto a Huitaca pertenece al ritual lunar.


Texto tomado de Javier Ocampo López

miércoles, 4 de junio de 2008

PUNCHAO.




Apu Punchao.

Imagen sagrada que preserva la tradición.

Punchao, señor del día.

El Sol tenía dos nombres, el genérico de Inti y el de Punchao, equivalente éste al de sol en todo su esplendor.

Punchao, divinidad mayor del Coricancha.

Representación del Sol. Significa: Luz, Calor, Fuerza, Generador de vida.

Reyes del Sol y Señores de la Luna.

El Uturungu es el que está ligado al Punchao.

Suma Punchao: expresión que significa Nuevo Amanecer.

Inti era el nombre genérico, Punchao era especial era su imagen en oro macizo y representaba el linaje Inca.

Al Punchao también lo llamaban Wiracocha.


Era “de oro finísimo, con gran riqueza de pedrería y puesto al oriente con tal artificio que, en saliendo el sol, daba en él, (y) como era el metal finísimo, volvían los rayos con tanta claridad que parecía otro sol” (José de Acosta).


Es fama que en el reparto de las riquezas del templo tocó el ídolo Punchau a Mancio Sierra de Leguízamo, quien lo perdió en una noche durante una partida jugada a los dados.


* TAURO DEL PINO, Alberto, Enciclopedia Ilustrada del Perú, editorial Peisa, Lima, 2001.

martes, 3 de junio de 2008

LAS PROFECÍAS




“Toda esta tierra que ves y la que se extiende allende los confines, en las escarpadas montañas, fue sometida desde tiempos inmemoriales por la sabiduría de mi raza. No existía paraje alguno, en sus dominios, del cual suplanta no se hubiera posesionado. Los muiscas supimos amar, cuidar y conservar la tierra de la que éramos hijos y moradores. Sin embargo, nada de lo que hicimos o dejamos de hacer pudo vencer el designio de las profecías, que marcaron el destino de nuestra raza.

Ya lo había anunciado nuestro gran Goranchacha. Ya lo había profetizado el anciano sacerdote del templo de Iraca a su sobrina Tota en medio de lagrimas de sangre: las lunas pasarán y pasarán los soles –dice la pavorosa profecía– pero llegará uno en que las aguas lejanas e inacabables en grandes piraguas, llegarán a nuestras tierras unos hombres blancos y velludos, y con ellos vendrá para nuestra raza la maldición. Porque esos hombres pálidos se apoderarán de las tierras de nuestros mayores y nosotros, sus hijos, de ellas seremos desposeídos a látigo.

Porque no podremos tener cultos, y porque nuestros dioses tutelares serán bajados de sus altares cambiándolos por otros que no conocemos. Porque no se nos permitirá tener riquezas, ni costumbres, ni libertades, pues seremos esclavos y trabajaremos para nuestros usurpadores. Porque las tumbas de nuestros soberanos bienhechores y de todos nuestros muertos amados serán profanadas y saqueadas, sus cenizas dispersas e inquietadas sus sombras. Porque, ¡oh dolor!, la raza chibcha, la más grande de las razas, tendrá que emigrar a la selva o, degradada y servil acabará por desaparecer absorbida por otra poderosa para el crimen.

(Texto extraído de, Raíces Muiscas, Antolinez; Bogotá).

lunes, 2 de junio de 2008

DICHOS POPULARES


No por mucho madrugar, amanece más temprano

Guarda comida, pero no guardes quehaceres

El que guarda, siempre halla

Más agrandado que galleta en el agua.

Desconfiado como gallo tuerto

Dime con quien andas te diré quien eres

Es mejor dar que recibir

El que pega primero, pega dos veces.

El que ríe último ríe mejor.

Los últimos serán los primeros

Siempre que llovió, paró.

El que se acuesta con niños, amanece más temprano

Lo tuyo es nuestro y lo mío es mío

Nunca digas nunca.

Agua que nos has de beber déjala correr.

El hombre propone y Dios dispone

Dios aprieta pero no ahorca.

Dios atiende en todas partes pero tiene la cede en capital federal.

El que nace barrigón, es aniudo que lo fajen.

Donde hubo fuego, cenizas quedan

Pájaro que comió, voló

Al mal tiempo buena cara



domingo, 1 de junio de 2008

EL GAUCHO




Su origen se remonta al 1600, cuando las llanuras a ambos márgenes del Río de la Plata estaban repletas de ganados salvajes llegados a estas tierras con Pedro de Mendoza, el primer adelantado del Río de la Plata, en 1538.

En ese entonces el gaucho era el habitante vagabundo de las pampas, que viajaba sin rumbo fijo en su caballo, con boleadoras, lazo y cuchillo como único equipaje, y a veces acompañado por su mujer.

El comercio de cueros y carne de ganado cimarrón, salvaje, muy preciados por los comerciantes europeos y portugueses del Brasil, generó la fuente de sustento de los paisanos –criollos, mestizos y mulatos- que vivían libremente en las pampas, sin empleo fijo, cazando y cuereando a estos animales.

La insaciable demanda del cuero, por parte de Europa, hizo que el ganado cimarrón desaparezca prácticamente del litoral argentino, siendo los mas beneficiados los comerciantes portugueses.


Además, los gauchos debían competir con los indios, quienes también se dedicaban al negocio de los cueros.


Su destino, entonces, fue diverso; algunos se alistaron para luchar en las montoneras con los caudillos federales, alcanzando con esto un nuevo y mejor status.

Otros se emplearon como peones en los saladeros de carne, o trabajaron en las haciendas, de esto último deriva el nombre genérico "gauchos" para todos los hombres de campo, de a caballo, sean éstos peones o estancieros, quienes se enorgullecen de vestir a la usanza gauchesca como identificación con su labor y su tierra.


El gaucho fue marginal, pero aún así se lo veía con mucho respeto, por ser libre, duro, por su extraordinaria destreza como jinete y ser hábil con las manos, por su solidaridad y su ingenio.


De esta admiración surgió la poesía gauchesca, sus escritores utilizaban el lenguaje gaucho, sus dichos y sus ideas.

La figura romántica del gaucho, como hombre independiente y rudo, pero leal y sabio fue emblemática para autores como José Hernández que escribió el "Martín Fierro", donde el gaucho toma dimensión de héroe, o para Ricardo Güiraldes, que en "Don Segundo Sombra" narra sus vivencias junto a estos hombres de campo en el pueblo de San Antonio de Areco.

Estos relatos, como tantos otros han hecho del gaucho un personaje mítico, que con el tiempo se fue transformando en un arquetipo de los "valores esenciales del ser argentino".


Hoy en día el gaucho vive austera pero confortablemente (se lo ve también andando en 4x4) en contacto con la naturaleza, conservando tanto sus costumbres rurales, sus tradiciones como así también su medio ambiente.